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El coproparasitoscópico es un análisis de materia fecal que se utiliza para identificar la presencia de parásitos intestinales en el tracto gastrointestinal. Es una prueba diagnóstica importante que permite detectar e identificar los posibles parásitos intestinales en el cuerpo humano. Los parásitos intestinales son organismos que viven a expensas de otro, en este caso, del ser humano. Pueden ser protozoos, como amebas o giardias, o helmintos, como lombrices o tenias.
Estos parásitos pueden causar una variedad de síntomas y enfermedades, como diarrea, dolor abdominal, anemia, desnutrición, alergias o incluso cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud, los parásitos intestinales afectan a más de 2 mil millones de personas en el mundo, especialmente a los niños y a las personas que viven en condiciones de pobreza e higiene deficientes.
En México, se estima que el 25% de la población tiene algún tipo de parasitosis intestinal. Por eso, es importante realizar el coproparasitoscópico cuando se sospecha de alguna infección por parásitos o cuando se tiene algún factor de riesgo, como viajar a zonas endémicas, consumir agua o alimentos contaminados, tener contacto con animales o personas infectadas o tener un sistema inmunitario debilitado.
Coproparasitoscópico: ¿Qué pruebas incluye y cómo se realiza?
El coproparasitoscópico incluye varias pruebas que permiten observar las características de la materia fecal y detectar la presencia de parásitos o sus formas de vida.
Estas pruebas son:
● Examen macroscópico: Consiste en observar el aspecto general de la muestra de heces, como el color, la consistencia, el olor, la forma y el tamaño. También se busca la presencia de sangre, moco, pus o restos de alimentos. Esta prueba permite orientar el diagnóstico y descartar otras causas de alteración de las heces, como infecciones bacterianas, inflamaciones o tumores.
● Examen microscópico directo: Consiste en observar al microscopio una pequeña porción de la muestra de heces, previamente diluida en una solución salina o de yodo. Esta prueba permite identificar la presencia de parásitos o sus formas de vida, como huevos, larvas, quistes o trofozoítos. También se pueden observar otros elementos, como glóbulos rojos, glóbulos blancos, levaduras o fibras vegetales. Esta prueba es rápida y sencilla, pero tiene una sensibilidad limitada, ya que depende de la cantidad y distribución de los parásitos en la muestra.
● Examen microscópico por concentración: Consiste en aplicar una técnica de centrifugación o flotación a la muestra de heces, para separar y concentrar los parásitos o sus formas de vida de las demás sustancias. Luego, se observa al microscopio el sedimento o el sobrenadante obtenido. Esta prueba permite aumentar la sensibilidad y la especificidad del examen microscópico directo, ya que facilita la visualización de los parásitos o sus formas de vida. Sin embargo, requiere de más tiempo y equipamiento.
● Examen microscópico por tinción: Consiste en aplicar una sustancia colorante a la muestra de heces, para resaltar las características morfológicas de los parásitos o sus formas de vida. Luego, se observa al microscopio el resultado. Esta prueba permite mejorar la identificación y diferenciación de los parásitos o sus formas de vida, ya que les otorga un color específico. Sin embargo, requiere de más tiempo y reactivos. El coproparasitoscópico se realiza con una o más muestras de heces, que se deben recolectar en un recipiente limpio y seco, con una espátula o una cuchara. Se recomienda recolectar la muestra por la mañana, antes de defecar, y evitar el uso de laxantes, enemas o antibióticos previos al examen. La muestra se debe entregar al laboratorio lo antes posible, o conservarla en el refrigerador hasta por 24 horas. El resultado se entrega entre 24 y 48 horas después de recibida la muestra.
Artículo redactado por: Paz Mental